noviembre 25, 2010

punto

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Escondida en la madeja de mi tejido, estas redes son los trazos de mi cartografía elemental. Mi reino de silencios.

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noviembre 12, 2010

marcelina

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Junta las manos por el frío. Se estira la camisa por el borde inferior y busca calor en el roce de las telas. Mira a los ojos. Digo «gracias» todas las veces que puedo por esos ojos que miran sin atajos. Ofrece café y también lo toma entre las manos, sé que el vapor del café hirviente es otra puerta abierta para el calor. Llueve sin piedad pero esta vez no me quedo mirando las gotas en la ventana. Le doy la espalda a la lluvia y me concentro en los dibujos opacos del humo del café cerca de los lentes de Marcelina. Por momentos me distraigo en el cordel que los asegura y viajo distante hasta los lentes de mi abuela. Entonces me descubro entre huellas desnudas, como esos recuerdos que no son recuerdo pero se presentan como «cosa ocurrida» aunque estén por pasar. Cierro los ojos para desviarme de la nostalgia mientras Marcelina pasa las manos por el borde de la tela (siempre con amor). El sonido de la lluvia insiste con sentencia de brújula pero yo conozco sus predios así que sigo dándole la espalda. Un día esas gotas y ese sonido dejarán su significado de nudo en la garganta. Como el rigor de la hebra hilvanada en el trazo de la aguja, el territorio de este firmamento en basta tiene límites que me tranquilizan. Siempre añoro montañas en el borde borroso de cualquier horizonte. No me condena la severidad brillante de la aguja... son tantos los devenires arrojados.

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noviembre 05, 2010

grafía

a Gabriella


Hay dibujos que son un presagio