febrero 23, 2006

Despertará

Estar aquí, extranjera
con la fe quebrantada
con mis piernas hundidas en arena inmóvil
con los ojos poco sorprendidos
sin pájaros
Rodeada de piedras altísimas, sin cincel en las manos
Colmada de tus humores invisibles
incapaz de imaginarte habitada
porque tantos los espacios donde no están las almas en los cuerpos
porque el vértigo me irrita
porque a veces el cielo está escondido entre tus torres
y no es posible saberte ángel
o demonio

A veces mi esperanza escurre verdes
Piadosa, te recibo
a pesar de mis miedos
y mis brazos se aferran a tu montaña triste
y no soy más una mujer sino unas ramas
y en mis hojas sé que tienes frío
que has perdido la memoria de los siglos en tus párpados sellados
Sólo en tu montaña enciendo luces
que se parecen a las luces de mi antigua tierra
Susurro neblinas crepitantes en tus cuencas inundadas y solas
para ofrendarte restos de mis sueños agónicos
y hacerte despertar desnuda, ciudad
Dormida en tu dolor cansado

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