octubre 28, 2006

El hijo padre

En el tráfico, el más fuerte de la semana hasta hoy. Más de cuarenta y cinco minutos manejando. El reloj marcando cada minuto de retraso para la hora de llegada. Yo callada para no agregar más angustia a la angustia ya presente. Escucho a Simón decir, con serenidad:

—No vamos a llegar, mamá. Enfréntalo.







de «Historias mínimas de un niño despierto»

4 comentarios:

Jose Urriola dijo...

Qué buenos, pero qué buenos estos relatos mínimos. Son mínimos pero absolutos.

Laura Morales Balza dijo...

Gracias, José... son conversaciones que ocurren a diario con mi hijo. Tengo guardadas algunas desde que empezó a hablar pero me di cuenta que mi memoria no podría contenerlas todas. Así que estoy tratando de salvar lo que ocurre durante el día. A veces son breves instantes, otras veces son momentos más prolongados. Creo que será hermoso para él en el futuro, ver su infancia a través de las palabras que dijo y las cosas que preguntó. Un abrazo.

Lety Ricardez dijo...

disfruto tus recuerdos, alguna vez mi Ricardo,cuando me escuchó quejarme de algo que había provocado, me dijo:

Por eso hay que pensar para no estarse arrepintiendo.

¿podrás creer que tenía cuatro años?

Besos hermosa y dulce madre

Black Hollow dijo...

Hermosas semblanzas de tu chamo. Bravo por ustedes dos! me encanta la franqueza de tu hijo, y tu delicada respuesta, cargada de entrega, de esa que sólo le puedes dar tú.

Seguiré leyendo.