Nuestra nevera está viva. Activa y desactiva su regulador de temperatura a placer. Unos días enfría, otros no tanto.
—Qué broma. Esta nevera no está enfriando.
Simón sigue comiendo sin hacer ningún comentario.
—Es increíble. Nuevamente el regulador está en D y no en J.
—¿Sí, mamá?
—Sí
—Qué raro...
—Sí... es raro.
—Simón, estamos tú y yo solos aquí ¿no?
—Sí
—Entonces ¿quién mueve el regulador de la nevera?
—¿Se movió?
de «Historias mínimas de un niño despierto»
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