marzo 08, 2007

La pregunta de las preguntas

En el carro. Por la avenida Río de Janeiro, a la altura del autolavado PDV. 3:30 pm




—Tienes que bañarte al llegar. No entiendo cómo haces para ponerte en ese estado.
—Ajá...
—Lo peor es que aún queda tarde por delante y mírate esa franela, mi amor. Parece que vinieras de la guerra.
—Ajá...
—¿Tienes mucha tarea?
—No... solamente dos. Tengo unas sumas y unos verbos que tengo que escribir y luego hacer oraciones con ellos.
—¿Son muchos verbos?
—Sí... bastantes. Pero no importa.
—¿Almorzaste bien?
—Ajá...
—No me digas más «ajá» mi amor, dime si almorzaste.
—Mamá... te tengo una pregunta.
—Dime.
—Cuando yo nací ¿a quién esperabas?








de «Historias mínimas de un niño despierto»

1 comentario:

Lety Ricardez dijo...

Qué manera de darte la vuelta, tú con pavadas como esas de las tareas, y mira él, nada más en que pensaba.

Me gustaría saber a que se va a dedicar Simón de grande, porque lo que va a ser, ya lo es, ni duda cabe