noviembre 13, 2007

La casa de los pájaros

La casa de los pájaros quedó vacía
Les vi marcharse esta mañana
en una estampida de colores dolorosa
a lo mejor esperanzados en las próximas ramas
Iban felices
como si ser feliz fuese tarea fácil
como si fuese posible rogar por unos árboles menos árboles
o unos humanos más humanos
No soñaron mis sueños de anoche
porque de ser así sus alas pesarían
Creo que vuelan con esa libertad
porque para ellos
aquí abajo
esto no es más que una ciudad atribulada
No pueden nombrar esta ciudad
no pueden decir
Caracas
y seguir en el aire sin ansias de querer romper el azul
y perderse para siempre
Qué habrá del otro lado
—me pregunto
me quedo mirando un zamuro brillante
estático
en un poste de luz encendido
Se acicala para el ritual citadino de la pesadumbre
Qué hay del otro lado
—le pregunto
pero él busca en sus plumas cualquier detalle para no darme respuesta
Rey ejemplar
sé que es capaz de romper el azul para decírmelo
pero guarda silencio porque no es mi hora
Hablo con amor
y lo veo limpiarse entre las plumas
es importante la apariencia en esta ciudad de muñecas acrílicas
Ese zamuro de días contados
miró con mis ojos el adiós de las aves
Lo veo silueta
me despido
corro debajo de él
—vaya presagio—
Me alejo con pasos mecánicos
me rozan unas nubes con su sombra siniestra
y apenas alcanzo a despedirme
adiós
adiós
Dónde mis alas
para volar tras ellos
y escapar de esta ciudad
Van a la montaña
—qué sabios—
Mira como se acurrucan
confundidos en el follaje
Se acerca la muerte del sol
la de todos los días
Parece el último sol en despedirse
Siento vértigo de verle morir una vez más
pobre sol
tan acostumbrado a los sepelios
Se fueron los pájaros de esta casa
Abro mis ojos para verlos desaparecer en la noche que comienza
los abro más
desde mi jaula
Se fueron los pájaros
caramba
ya no están para distraerme de la gente con cara de fantasma
para huir de las historias ajenas
y de esas situaciones que sacuden el corazón
No están para desviar los ojos hacia ellos
desde mi jaula nocturna
Dejo mi adiós en un ramaje distante
—no puedo levantar mis pies—
quería volar tras ellos
Estoy a punto de llorar
pero unos grillos me calman
Cierro los ojos con fuerza
Hago gestos con mis labios
palabras mudas
para que nadie las escuche
Sólo el viento
que las lleve
tal vez
hasta ellos
que dejaron esta casa de ilusiones minúsculas
Los sueño
acurrucados
en sus nuevas ramas
Qué felices los árboles
de recibirles
Qué siniestros sus nidos abandonados
Los recojo
callada
sin escalofríos
Se han ido los pájaros
Esta noche dormiré rodeada de árboles solos

1 comentario:

Melba dijo...

"...Estoy a punto de llorar
pero unos grillos me calman
Cierro los ojos con fuerza
Hago gestos con mis labios
palabras mudas
para que nadie las escuche
Sólo el viento
que las lleve..."

No cierres los ojos, amiga. Simplemente, llora.
¡Qué grato tenerte de vuelta por acá!
Ya casi pierdo la costumbre de visitarte en este blog que tanta falta hace.
Al menos, por acá sí lloras, sí cantas, sí vuelas