Un señor mira la biblioteca, mira las cámaras y vigila a su hija de no más de 3 años acompañada de Simón. Mi hijo le muestra el lugar mientras la tiene tomada de la mano, la presenta y dice que es su amiga.
El señor me mira y pregunta:
—¿Usted es fotógrafo?
—Sí. Alcancé a decir cuando Simón interrumpió.
—Sí, ella es fotógrafo, y yo soy su centro de atención.
de «Historias mínimas de un niño despierto»
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