febrero 05, 2010

Rebaño

Se fueron detrás de las nubes que pensaron humo. Descontaron mi espera. Las vi diluirse en el techo, atravesaron el concreto y saltaron las vigas hasta el otro lado. Ese que no puedo mirar. Conté doscientas treinta y cinco. Se fueron felices. Escandalosas, mullidas en blanco. Cuenta regresiva para mi ingenua somnolencia. Cinco, cuatro, tres, dos, uno.

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