Esta presunción de ruana
Presagio de caminos grises
helados hasta la piedra
Este pálpito incómodo
de montaña inacabada,
rompe mi silencio estatuario
Otra roca puede contenerme
Entre los dedos
escurro un miedo piadoso
Espanto de no saberme entre los árboles
que seguramente preguntarán
—qué de la piel
—qué de la corteza
—qué de las hojas
Tu voz parece el latido del mundo
Cuánto mar
—me pregunto
Cuánto mar
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