octubre 20, 2008

la mañana

La ventana está empañada. Dibujo en el cristal y detrás de las gotas un señor me deja ver el tamaño de su aburrimiento. Pienso en su corazón, arrastro las líneas con las manos para mirarlo con claridad. Para decirle con los ojos que no está solo en la agonía del tráfico. La vida desaparece como estas gotas. Mi cabello está largo. Podría tejerlo. Cuento los carros azules y los blancos, pero bastan segundos para confundirme en una hilera infinita de cauchos y bombillos. Todo se detiene al punto que ya las llaves no alcanzan su vaivén sonoro. También me distraigo con los postes y los zamuros detenidos en ellos. No sé cómo soportan el frío del metal mojado. Me distraje en sus patas. Los miré escurrirse con las alas abiertas. Regreso al dibujo en mi ventana. Descubro al señor, resignado. Se sonríe con dolor. No sé si por la gracia de mis dibujos o por el tiempo que estuve mirando hacia arriba. Llevo mi nariz a la ventana. La abandono en el frío de las gotas. Huelo, luego existo. Esa frialdad me acomoda la existencia. La facilita. Me concentro esperanzada, en alguna ráfaga de árbol mojado. No es inmediato, como en mi ciudad. En esta ciudad, que no es la mía, los árboles dilatan el viaje de su tintura. Pobres árboles sin aromas viajeros y sin barbas. Abro un poco la ventana, unas gotas graciosísimas despiertan mi brazo derecho. Simón escucha Deep Purple con volumen preadolescente y repite los acordes y resoluciones. Si pienso, tiemblo. Mejor no pensar. Abro aún más, empieza a mojarse mi cara. Está bien para mis huesos. Cuento un par de carros de colores confusos desde el umbral de mi sueño. Otro zamuro. Otra nube. Otras gotas. No hay sol. Qué adecuado. Smoke on the water.

1 comentario:

Daniel dijo...

gracias,
es curioso querer por un momento —uno tan solo— transportarse a esa mañana, que no es como todas esas mañanas, pero es,
dibujar gotas, contar zamuros, fabricar palabras,
aquí hay sólo cuervos, reemplazando, acompañando la ausencia del astro,
y también me pregunto cómo hacen con el frío