octubre 30, 2006

Futbolito, tercer partido

Cara rojísima. Sonrisa desde mucho antes de subirse al carro, con señas y ademanes que no entendí. Finalmente la noticia:

—¡Ganamos el partido esta vez!
—¡Qué bueno, hijo! ¿cómo fue?
—Once goles a cuatro.
—Son muchos goles ¿no?
—Ajá.
—¿Qué posición jugaste?
—Pues la misma de siempre, mamá.
—Delantero, entonces.
—Sí...
—¡El juego duró más de una hora!
—Qué divertido, Simón.
—¿Divertido? Me siento como un gorila cansado.







de «Historias mínimas de un niño despierto»

1 comentario:

Lety Ricardez dijo...

jejeje, mi Rodrigo volvía con semejante cara de felicidad y había perdido así 14 a 1, y yo le preguntaba ¿por qué estas tan contento hijo? porque jugué mamá, ¿que no sabes?