te alcanzo con mis manos de neblina
detrás de la luz de la montaña
con los ojos cerrados
sólo acierto el frailejón de la infancia
la piedra helada
el alma blanca de la leche hirviente
que destila vertical hasta los cielos
seguí las lágrimas de esos hilos traslúcidos
mis ojos se cansaron de mirar hacia arriba
desaparecieron, transparentes, en el techo de mi casa
abro los ojos y todo permanece amarillo
no miro los pájaros
pero los sospecho
cierro, esperanzada
en un montón de nubes
espesa neblina
la de mis ojos cerrados
cuánto hay de mí en esta ciudad ajena
de espejos
rota
acontecida
tantas hojas
aún verdes, en mis manos
con ellas te alcanzo
silenciosa
... «El Infierno de Dios no necesita el esplendor del fuego» ... Jorge Luis Borges
junio 06, 2008
Eugenio Montejo
Eugenio se fue ayer. Para él sus pájaros.
PÁJAROS
Eugenio Montejo
Oigo los pájaros afuera,
otros, no los de ayer que ya perdimos,
los nuevos silbos inocentes.
Y no sé si son pájaros,
si alguien que ya no soy los sigue oyendo
a media vida bajo el sol de la tierra.
Quizás es el deseo de retener su voz salvaje
en la mitad de la estación
antes que de los árboles se alejen.
Alguien que he sido o soy, no sé,
oye o recuerda,
si hay algo real dentro de mí son ellos,
más que yo mismo, más que el sol afuera,
si es musical la fuerza que hace girar el mundo,
no ha habido nunca sino pájaros,
el canto de los pájaros
que nos trae y nos lleva.
PÁJAROS
Eugenio Montejo
Oigo los pájaros afuera,
otros, no los de ayer que ya perdimos,
los nuevos silbos inocentes.
Y no sé si son pájaros,
si alguien que ya no soy los sigue oyendo
a media vida bajo el sol de la tierra.
Quizás es el deseo de retener su voz salvaje
en la mitad de la estación
antes que de los árboles se alejen.
Alguien que he sido o soy, no sé,
oye o recuerda,
si hay algo real dentro de mí son ellos,
más que yo mismo, más que el sol afuera,
si es musical la fuerza que hace girar el mundo,
no ha habido nunca sino pájaros,
el canto de los pájaros
que nos trae y nos lleva.
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